CASTELFRANCO VENETO

Entre los centros menores de la región Castelfranco Veneto es considerado uno de los más interesantes desde el punto de vista histórico y geográfico dada su posición central con respecto a Treviso, Venecia, Padova y Vicenza además de la proximidad a otros lugares turísticos como, por ejemplo, Cittadella, Bassano y el monte Grappa, Asolo, las colinas pedemontanas y el Montello.

Castelfranco tuvo orígen a fines del siglo XII por voluntad de la Comuna de Treviso, la cual, para defender las fronteras occidentales de su estado –la “Marca”– de las amenazas de los padovanos, vicentinos y señores feudales de la zona, ordenó la construcción de una fortaleza en las cercanías del pueblo de la Pieve nuova y del río Muson. Al mismo tiempo, los governantes de la Marca Trevisana concedieron particulares exenciones fiscales y ventajas económicas (de aquí la derivación del nombre “Castelfranco”) a quienes aceptaran instalarse dentro del castillo asumiendo la tarea de defenderlo.

El castillo, todavía hoy bien conservado, es un cuadrángulo con un perímetro aproximado de 930 metros y sólidas torres en los ángulos y en el punto medio de cada uno de los muros de 7 metros de altura; las puertas principales eran dos, colocadas en dirección de Treviso, a este, y de Vicenza, a oeste.

Con el paso del tiempo la función defensiva de la ciudad resultó innecesaria, ya que en 1339 la Marca Trevisana, y con ella Castelfranco, se incorporó a la serena República de San Marco (Venecia); sin embargo, su importancia económica y cultural creció a tal punto que comenzaron a aparecer variados y elegantes edificios tanto en la zona urbana como en las cercanías rurales, donde los nobles venecianos construían sus esplendidas mansiones, las ville venete.

Entre los personajes ilustres de Castelfranco se encuentran el gran maestro de la pintura Giorgione (1477 o 1478-1510), el músico Agostino Steffani (1654-1728) y el arquitecto Francesco Maria Preti (1701-1774).

UNA BREVE VISITA GUIADA

La visita a Castelfranco habitualmente comienza en la plaza Giorgione, desde la cual se pueden admirar, por un lado, los muros y las torres medievales, el foso y el “paseo Dante”, rodeados de jardines públicos, y, por el otro, los antiguos porticados que caracterizan el centro histórico. Entre los edificios de la plaza, destaca el palacio Piacentini (siglo XVI), decorado externamente con frescos, en el cual, en los siglos pasados, tuvo sede la renombrada Hosteria della spada.

En la avenida XXIV Aprile se pueden observar los palacios Pulcheri Favero y Soranzo Novello, restructurados en el siglo XVIII; luego del cruce con la calle Riccati, otros dos nobles edificios del siglo XVI, Spinelli Guidozzi y Bovolini Soranzo, decorados externamente con pinturas al fresco.

Superado el Ponte dea salata (puente de la lechuga) se pasa por debajo del torreón del reloj, desde donde hace guardia el León de San Marcos (símbolo de la antigua República de Venecia), e inmediatamente se accede a la calle Francesco Maria Preti, sobre la que se encuentra la plaza de la catedral, y a su lado, la casa María Pellizzari, de estilo románico-gótico, conocida también como “casa de Giorgione". En ella, en el primer piso, se aprecia sobre todo la sala decorada con un friso al fresco realizado seguramente por el gran pintor Castellano y sus ayudantes, donde se representan “objetos” tales como instrumentos y símbolos de las diversas profesiones, de las artes figurativas, de la música, de las armas, de las ciencias y de las letras, intercalados con retratos de personajes ancianos –probablemente filósofos–, medallones con perfiles de emperadores y tablas sostenidas por cintas con inscripciones y máximas latinas en hermosas letras romanas. Así mismo mérita una visita la catedral del siglo XVIII, cuya fachada, sin embargo, fue realizada en 1893 sin respetar íntegramente los dibujos dejados por el arquitecto Preti. En su interior, a la derecha, se abre la capilla Costanzo, que custodia el explendido retablo de la "Madonna in trono col Bambino tra i santi Liberale e Francesco", obra maestra del Giorgione, realizada alrededor del año 1505 por encargo de Tuzio Costanzo en ocasión de la muerte de su hijo Matteo. Recordamos también los frescos de Paolo Veronese y Battista Zelotti, ahora en la sacristía, los cuales fueron arrancados de las paredes de la villa Soranzo a principios del siglo XIX, antes de su demolición. La tela del altar mayor de la abadía, chiesa vecchia di dentro (iglesia vieja de adentro), que representa la “liberazione delleanime dal limbo” (liberación de las almas del limbo), hecha por Giovanni Battista Ponchino (Castelfranco, 1500 -aprox. 1570), está colocada en el ábside. Sobre los varios altares y en la sacristía se pueden admirar las obras de reconocidos pintores Castellanos como Paolo Piazza, Pietro Damini, Jacopo Bassano, Palma il Giovane, Annibale Carracci, Francesco Maffei, realizadas entre los siglos XVI y XVII. Saliendo de la catedral, en la vecina calle Garibaldi, se puede visitar el Teatro Académico, del siglo XVIII, completado en los primeros años del siglo XIX, también en este caso de manera diferente respecto a los proyectos originales de Preti. Detrás de una sobria fachada, el edificio oculta interiores de extravagante elegancia, devueltos a su resplendor original tras una laboriosa restauración concluida en 1975. Fuera del centro histórico encerrado por la muralla, más allá del torreón del reloj, sobre la calle Riccati, se encuentra a la derecha la iglesia de San Giacomo, del siglo XVIII, un tiempo anexa al convento de los Serviti.

Superado el “puente de las agujas”, sobre Borgo Treviso, a la izquierda, se observan los palacios Riccati Azzoni Avogadro, del siglo XVIII, pero cuya fachada es del año 1908, y Colonna Preti, construido en el siglo XVI y restaurado interiormente con radicales modificaciones en el siglo XVII. Más adelante, se encuentra la villa Revedin Bolasco, del siglo XIX, surgida luego de la demolición de los palacios gemelos que habían sido proyectados al inicio del siglo XVII por Vincenzo Scamozzi. Detrás y a un lado del complejo arquitectónico que comprende también una interesante caballeriza, se abre el parque, uno de los más bellos y románticos del Veneto, con un área de 80.000 metros cuadrados que incluyen un lago, relieves artificiales del terreno, estatuas, varios edificios y la arena, que no era un teatro a cielo abierto, como frecuentemente se cree, sino una arena para caballos. A pocos quilómetros del centro histórico de Castelfranco, en la fracción de Santa Andrea, del otro lado del río Musone, se encuentra la villa Corner Tiepolo, del siglo XVI, decorada externa e internamente con frescos atribuidos a Benedetto Caliari, hermano y alumno del más conocido Paolo, llamado “el Veronese”. Cerca de la mansión hay dos pequeños museos: en el primero se conservan testimonios de la civilización campesina, en el segundo se pueden observar viejas herramientas para el curtido de pieles.

En Fanzolo, fracción del municipio de Vedelago, limítrofe a Castelfranco, está la famosa villa Emo Capodilista, erecta durante el siglo XVI, la cual fue proyectada por el famoso arquitecto Andrea Palladio, y decorada por Battista Zeloti. Para visitarla hay que recorrer la calle Postumia, que sigue el trayecto de la antigua vía consular romana homónima que unía Génova y Aquilea, hasta alcanzar el centro de San Floriano, y a la altura de la iglesia, desviarse hacia Fanzolo. A su regreso, aconsejamos visitar, en la iglesia parroquial de San Floriano, el retablo “Madonna in trono col Bambino tra i santi Liberale, Floriano, Caterina e Barbara”, de Francesco Bisolo, realizado en 1528. Más adelante, hacia el norte, por la calle Postumia, cerca del cruce con la calle Loreggia de Salvarosa (coincidencia con otra antigua calle romana, la Aurelia, que unía Padova con Asolo), se puede observar la residencia campestre del físico y matemático Castellano Giovanni Rizzetti, Ca' Amata, del siglo XVIII.

Texto elaborado por: Jorge Centurion y Sebastian Perichon Stanley

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